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En las últimas dos décadas, las carreras de simulación han experimentado una transformación notable, especialmenteen lo que respecta a la forma en que se simula el manejo de los coches de Fórmula 1. Lo que antes era un hobby minoritario con una física rudimentaria y unos gráficos básicos se ha convertido en una plataforma de simulación muy sofisticada, en la que los coches virtuales de F1 se comportan ahora de forma muy similar a sus homólogos del mundo real. Esta evolución ha sido impulsada por los avances en la potencia de cálculo, los motores físicos y los dispositivos de entrada, y ha cambiado radicalmente la forma en que los aficionados y los aspirantes a pilotos se relacionan con este deporte.
A principios de la década de 2000, juegos como Grand Prix 4 (2002) y F1 Challenge '99-'02 ofrecían lo que, en aquel momento, era un intento respetable de realismo. Sin embargo, estos títulos se inclinaban más hacia una jugabilidad accesible que hacia un manejo realista. Los modelos físicos se simplificaron, con una simulación limitada de los neumáticos y efectos genéricos de carga aerodinámica. Aunque los jugadores podían experimentar la velocidad y el desafío propios de la F1, la sensación del coche distaba mucho de la que tendría un piloto real. El frenado era indulgente, el agarre de los neumáticos era predecible y la dinámica de la suspensión era básica. Entonces se podía lograr una vuelta perfecta con un juego de pedales muy básico, similar al CSL Pedals.
Esta época marcó el inicio de importantes avances en el campo de la simulación. Títulos como rFactor (2005) e iRacing (lanzado en 2008) introdujeron motores físicos modulares que permitían un modelado más detallado de los neumáticos, superficies de pista dinámicas y sistemas de retroalimentación de fuerza personalizables. Las comunidades de modding comenzaron a crear modelos precisos de coches de F1 con una física muy detallada, lo que proporcionó a los pilotos de simulación una sensación mucho más matizada de lo que se siente al conducir un coche de F1.
El enfoque pasó a ser el realismo. Los jugadores comenzaron a experimentar sobreviradas repentinas, inestabilidad en mitad de las curvas y el delicado arte del control del acelerador. La carga aerodinámica y el agarre aerodinámico ahora eran importantes: levantar el pie en mitad de una curva o tomar una curva demasiado cerrada podía arruinar repentinamente tu vuelta. La introducción de pistas escaneadas con láser también ayudó a simular los cambios de elevación y las imperfecciones de la superficie con una precisión sin precedentes.
Por supuesto, este cambio trajo consigo una mayor demanda de tecnología más avanzada, lo cual fue un punto crucial en las carreras de simulación, especialmente cuando Fanatec lanzó los pedales ClubSport V3, su primer juego de pedales con tecnología de célula de carga. Estos no solo miden la presión, sino también la posición de los pedales, lo que permite a los pilotos de simulación confiar en su memoria muscular y practicarla, tal y como hacen los pilotos de carreras reales, para ser más rápidos y constantes en la pista.
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