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El viaje hacia la edad de oro de las carreras de simulación continúa con un repaso a dos títulos emblemáticos que cambiaron para siempre el panorama del género. A mediados de la década de 1990, el camino allanado por pioneros como Indianapolis 500 y Grand Prix 2 comenzó a consolidarse como un nuevo estándar, centrado en el realismo y, sin complejos, en el reto de dominar los coches de carreras digitales al límite.
Dos títulos, en particular, adoptaron esta filosofía: NASCAR Racing y Grand Prix Legends. Lo que los une, más allá de su brillantez técnica, es el visionario detrás de ambos proyectos: David Kaemmer, un nombre que ahora es sinónimo de simulaciones de carreras de alta fidelidad.
Fuente: NASCAR Racing (videojuego) - Wikipedia
Lanzado el 2 de noviembre de 1994 por Papyrus Design Group (un auténtico referente en el mundo de los simuladores de carreras), NASCAR Racing causó sensación en los ordenadores con MS-DOS. El juego contaba con más de 25 pilotos con licencia oficial de la NASCAR y aportó un nivel de profundidad sin precedentes a las simulaciones de carreras de stock cars.
Características principales:
El juego recibió múltiples expansiones, incluido el Track Pack, que añadió nuevos circuitos. Su motor físico se convirtió en la base de futuros títulos de Papyrus, culminando finalmente en NASCAR Racing 2003 Season (NR2003), que sigue siendo considerado uno de los mejores simuladores de carreras de stock cars jamás creados.
Fuente: Grand Prix Legends - Wikipedia
Fuente: Grand Prix Legends - Wikipedia
Desarrollado también por Papyrus Design Group y lanzado en 1998, Grand Prix Legends recreaba la legendaria temporada de Fórmula 1 de 1967, ganada por el neozelandés Denny Hulme con el Brabham-Repco. Este título alcanzó rápidamente el estatus de culto por su física ultrarrealista y su brutal dificultad.
Características principales:
Los vehículos de la temporada 1967 incluían:
Por qué se convirtió en un clásico de culto:
Juntos, NASCAR Racing y Grand Prix Legends no solo simularon las carreras, sino que las redefinieron. Estos juegos establecieron nuevos estándares de realismo, inmersión y apoyo impulsado por la comunidad. Sentaron las bases para los simuladores más sofisticados de la actualidad y consolidaron a Papyrus como un nombre grabado en el salón de la fama de los videojuegos de automovilismo.
No eran solo juegos, eran una vocación para toda una generación de pilotos de simulación.
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