La sensación de la dirección varía de un coche a otro. En el caso concreto de los coches de carreras, los factores que influyen en la «pesadez» de la dirección son, entre otros, la anchura de los neumáticos, la altura de los flancos, el estado de la carretera y, por supuesto, la presencia o ausencia de dirección asistida.
En las carreras de simulación, el elemento que simula el contacto del neumático con el suelo es la distancia entre ejes, a través de un sistema llamado Force Feedback (si aún no lo has leído, te remito a este artículo donde se explica con detalle: ¿Qué es el Force Feedback en las carreras de simulación?). Esto nos lleva a la definición de «carga de dirección», que es la resistencia física que se transmite desde la distancia entre ejes al volante mientras se conduce.
Desmontemos un mito: en las carreras de simulación, no es necesario tener una carga de dirección muy alta para conducir rápido, ¡todo lo contrario! A menudo, ocurre lo contrario. Muchos pilotos profesionales de simulación utilizan cargas de dirección relativamente bajas para permitir movimientos de dirección más rápidos. La fuerza de retroalimentación «excesiva» se utiliza para evitar el clipping, que es la saturación de la fuerza de retroalimentación.
Por otro lado, cuando se trata de simulación pura (destinada a reproducir con precisión la experiencia de conducción real de un vehículo concreto), lo ideal es ajustar la carga de la dirección para cada coche. Sin embargo, muchos simuladores modernos ya tienen esta funcionalidad integrada en sus algoritmos.
La carga de dirección también depende del tamaño del volante: un volante de fórmula tiene un diámetro de unos 275 mm y está diseñado para manejar coches de reacción rápida de la mejor manera posible. El diámetro más pequeño permite movimientos rápidos de la dirección, lo que se adapta a la naturaleza del coche y permite al conductor fundirse con él. Dado el mismo Nm (Newton-metro, la unidad de fuerza), un volante de este tamaño producirá una mayor sensación de carga de dirección.
Un volante de rally o GT (normalmente con un diámetro entre 300 y 320 mm) está diseñado para manejar coches más pesados con tiempos de respuesta y reacciones más lentos en comparación con los coches de fórmula. En este caso, la precisión de la conducción es más importante que la velocidad de movimiento (además del hecho de que las fuerzas en juego son diferentes a las de los coches de fórmula, debido al peso y las características técnicas de los vehículos). Esto significa que, con el mismo Nm, la carga de dirección percibida por el conductor será menor. Aquí puedes encontrar una guía sobre cómo elegir el mejor volante GT Sim Racing.
El concepto anterior se exagera aún más en los vehículos NASCAR, donde el diámetro del volante es de unos 350 mm. En este caso también, con el mismo Nm, la carga de dirección percibida será aún menor en comparación con los coches GT.
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En conclusión, para ser rápido en el simulador, no es necesario tener una carga de dirección excesivamente alta. Lo importante es recibir toda la información posible de la base del volante y asegurarse de que sea clara e interpretable. Ahora, pasemos a los ajustes ideales para tu base de volante. Te recuerdo que puedes encontrarlos en nuestro foro 😉.